CII
Maneras de vivir
…por eso te saludo a
ti, hermosa abeja
que te has instalado
bajo el tejado de la casa
con toda tu zumbante
familia…
Harald Sverdrup
Y vosotras, abejas,
¿Cómo podéis vivir
todas
así, apelotonadas?
Sin una abeja
particular
a la que amar,
sin tener hijos
de vuestra sangre,
sin un rincón en el
que
estar a solas y
protegida,
sin un hogar propio,
de cada una.
……………………..
De entre la nube
laboral
una se ha quedado,
zumbando,
con las manos en las
caderas,
ciertamente retadora,
aunque bien dispuesta
y algo enfadada.
Más me gustaría a mí,
¿Pero cómo sobrevivir
mi abeja amada y yo?
No puedo ser
arquitecto,
ni traficante de
drogas,
ni político mentiroso
y bocancha.
Chupamedias.
Ni artista,
ni deportista, ni escapista.
Sólo sé ir de trabajo
en trabajo,
libando para poder
llevar polen, polen
para hacer miel.
Y así, ¿Dónde vas?
Más me gustaría a mí
coger el coche el fin
de semana,
ir a la playa,
con tanta arena
y ni una flor,
lo mucho aburre,
con mi abeja querida
y mis abejitas,
comprarme una colmena
para mí solo,
o ir de viaje por ir.
Además, ¿A qué tanta
pregunta?
¿Indago yo porque vosotros
no vivís en colmenas?
¿Por qué no andáis
todos
apelotonados tras lo
mismo?
¿Por qué no dejáis a
los hijos
en manos de los demás?
¿Por qué os empeñáis
en estar siempre
solos?
¿Es que nos tienes
envidia
que te entrometes en
nuestra vida?
Y con estas,
la abeja se dio la
vuelta
y adiós.
Pobre abeja,
tan atareada,
que no ve más que su
trabajo,
y pobre de mí,
que veo el resto.