C
Hipótesis
Vivimos el tiempo de las pateras.
Hoy no lo llamamos así,
pero en el futuro será así
como seremos recordados
Fue un
hombre,
o una
mujer,
el
abanico del ser humano
es muy
limitado.
Se
cruzo con él,
cómo
iba a saberlo,
que
intentaba no cruzarse
con
nadie.
Fue la
última persona
que lo
vio vivo
y no
pudo hacer nada.
No lo
sabía,
ni que
existía.
Igual
hasta era
la
primera vez que se
cruzaba
con él,
porque lo
mismo ni lo vio,
o lo
vio
y no se
fijó.
Fíjate,
y llovía sobre
sus
hombros,
toda la
pesadumbre,
todo el
dolor,
todo el
sufrimiento
de la
humanidad.
Por
eso, seguramente,
al
tirarse por el pretil
el Sena
lo engulló
enseguida.
¿Qué
podía hacer
un río
con tanto peso?
Quizás
fue el último
ser
vivo
que vio
vivo a
Paul Celan
y ni se
dio cuenta.
Suele
pasar
que
morimos
inconscientes
de
los mejores
momentos
de
nuestra vida,
aunque
sean los peores.
No nos
damos cuenta
de la
mitad de las cosas.
O más.
Si se hubiera
parado
a
hablar con él.
Cualquier
gesto,
cualquier
frase
y tanto
peso
se
hubiera visto aliviado
de tanto pesar.
Tanto
gua
no
hubiera tenido que cargar
con
tanta culpa.
Se fue
el dolor,
el
sufrimiento de Celan,
río
abajo,
hasta
el mar.
Allí se
evaporaría
hasta
las nubes,
para
después volver
a caer,
en forma
otra vez
de
dolor, sufrimiento,
pesar,
dolor, dolor
y así.
Sólo el
cambio climatológico
puede
pararlo todo.
Que no
llueva más nada.
Que no
estemos.
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