viernes, 29 de diciembre de 2017

IC



 IC

 

Lo que le pasa a los demás


Que escapen de aquí hasta las piedras.
Sólo he de quedar yo,
atrapado en este vello que sueña con invasiones,
atrapado a su vez en la huida,
soñando siempre con la vuelta,
repitiendo intentos que ponen en marcha
otras singladuras.
Pero yo como el topo,
que ciego sigue adelante,
como el castor
que impotente,
no por eso deja de vencer al agua,
liquido terco,
insisto, insisto.

Me desespera la amenaza de un porqué,
maldigo la lógica y la filosofía,
a la vez que mis músculos sucumben.
En realidad asistimos a un espectáculo
y todos saben, todos menos el actor,
como se ve el tiempo en las cuestiones zanjadas,
ese verdín que habla de él y lo ve pasar, placido y frío.
Porque goza de la rara habilidad de engañarlo siempre.
A nosotros la vida nos lo impide.
Qué viejos los demás, dice el muy cabrón,
que se jacta de caminar con las piedras.
Y es entonces, que alguien,
alguien esperanzado te está mirando.
 


viernes, 22 de diciembre de 2017

XCVIII


XCVIII


Sí, no hay más


De todos modos, yo pediría a los hombres
que usasen con cuidado las palabras
pues pueden estallar
aunque resulta aún más peligroso
que se moje la pólvora
Sigfús Dadason



Te equivocas,
porque lo intentas.
Recibes un no,
porque hubo posibilidad
de un sí.
Las semillas de los castaños
pilongos caen en el asfalto,
pero cayeron,
y la ciudad es testigo.
Nunca llegaste a la cima
pero hubo un momento
en que sí.
No se trata de ser
el primero en nada,
pero sí,
de vaciarte de todo.
En esencia
se trata de cumplir.
De decir, fracasé.
Nunca, no lo sé.
Es lo más peligroso
que te puede pasar.
No morir, no, sino, no vivir.




Y en realidad sabemos muy poco
excepto que pronto oscurecerá.

Sigfús Dadason

domingo, 3 de diciembre de 2017

XCVII


XCVII




Ante el azogue

Extraña ocurrencia
del viejo cristalero.
Olav H. Hauge


Se peinaba
y se repeinaba,
se afeitaba
y se acicalaba
mirándose por la otra
parte del espejo.
A todos decía,
es que por esta parte
sólo me veo
y por la otra me noto.
¿A quién rezas tú?
Le preguntaban, esperando
una terrible diatriba
sobre las creencias
y él decía,
rezo para que el azogue
se caiga un día,
que entonces ni me veré
ni me notaré
y ya estaré preparado
para ver.
Tanta gente con el azogue
intacto,
sólo mirándose.