XCV
En estaciones
¿Y las estaciones de
trenes?
Úteros de las
ciudades,
que reciben
a los apresurados
trenes
que después de
descargar
sus millones de
viajeros,
se desentienden de
ellos,
dejándolos
fructificar,
perderse por falta de
oportunidad,
ser sacrificados,
mientras las
estaciones los miran
sin poder hacer otra
cosa,
que lamentarse, a
veces,
o celebrar, que uno,
al llegar a su
destino,
siembre la felicidad,
al menos de momento.
Se oye mucho
que las estaciones
están haciendo sus
conquistas
pero hasta que los
trenes
tengan otro lugar en
el que descargar
o todos ya sean solo
trenes de mercancías,
ellas,
van a tener que
seguir
haciendo su papel,
si queremos,
seguir viajando.
Recibiendo trenes
a pesar del olor,
dolor, y del ruido,
huido.
Quizás alguno piense
en hombres y mujeres,
o los más básicos,
en vaginas y penes,
pero la realidad es
que escribo sobre
medios de
comunicación.
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